viernes, 10 de julio de 2009

DICHOSO ANTRO


Aqui de nuevo, sin nada mas que hacer, pero, tal vez, poco a poco mucho que decir. No me dejaran mentir que uno como joven queda picado por el antro ¿A poco no?; si y es que nada como la cheve, o las bebidas embriagantes (esas de las cuales rondan rumores que son adulteradas en mas de un antro aquí en Hermosillo), la buena música, la semi-obscuridad y el buen ligue para hacer de un antro algo tentador para mas de uno. Sin embargo, así como existen las increíbles noches donde todo sale a pedir de boca también las hay donde todo resulta fatal y uno termina deseando no haber asistido. Seria interesante contar un poco de las cosas que me han sucedido, así como los osos mas grandes... como aquella vez que salí con 'alguien', y, días después dentro del antro me metí con alguien mas sin saber que estas dos personas eran hermanos, o aquella otra donde mi mejor amiga me apago accidentalmente [¿Sera?] su cirrago en mi cara, o aquella otra donde mi misma mejor amiga me quemo el pantalón... si, ni mas ni menos que con otro cigarro. También una no muy lejana en la cual por culpa del alcohol que transitaba en mis venas termine pagando cada cerveza diez pesos mas de su costo real. Cada sábado es una historia nueva y todo puede suceder, tal vez sea esa idea lo que hace a esas noches de sábado aun mas interesantes. Lo único que puedo decir que no me agrada de los antros serán esos chavitos que se sienten ninfas, esos que cargan su media de tecate con la mano a medio caer y bailan al ritmo de la música electrónica tal cuales lombrices electrocutadas, pero bueno, no todo es como uno quiere, siempre nos sucederán cosas tanto agradables como otras no tanto y nos tocaran ver cosas que nos dejaran pasmados. En fin antro es antro, con su cheve, sus bebidas adulteradas, sus locas, sus machos (menos) y su infinidad de gatos pardos escondidos en la obscuridad. Veremos dijo el ciego que nos depara la noche de mañana.

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